Todas las especies vivas tienen una mente y un alma concordante con la forma física con que la naturaleza las ha dotado. Sólo hay una excepción, ¿adivinas cuál? Te daré una pista: esa especie utiliza creencias, ciencias, religiones, decretos, delirios, bálsamos, dietas y drogas para intentar atenuar la falta de concordancia. ¿Conseguirá esa especie alcanzar la armonía con esas prótesis; o, por el contrario, acabarán esos artefactos alejando a la especie de su intención armonizadora? ¿Es posible que estos engendros eclipsen, anulen, corrompan o distraigan del objetivo para el cual fueron creados?
Gabriel