En el gran océano de facebook, cada cual vierte su cántaro de imágenes y palabras a la espera de que otro cántaro amigo las contenga y comparta. Sin embargo, con qué facilidad el agua vertida se olvida de su identidad y es drenada hacia un limbo del cual, acaso, volverá para caer en el cántaro mismo del que procedía dando lugar a un recuerdo difuso de no me acuerdo ya qué.
Gabriel