El afán clasificatorio de la mente humana no tiene límites. Sin embargo, viene sucediendo algo interesante en los tiempos que corren: no hay estanterías capacitadas para albergar tanta cosa inclasificable. Y tampoco está claro el diseño que deberán tener las estanterías del futuro. Este afán clasificatorio anda muy desconcertado últimamente.
Gabriel