El Poder, como la Policía, necesita hacerse evidente unas veces, para asustar, y secreto y oculto, otras, para husmear. Para garantizar este secreto, el poder utilizará a personas interpuestas a su servicio, las cuales se harán pasar por poderosas para tener a los dominados entretenidos con ellas. Esta relación entre los poderosos reales y los aparentes es muy parecida a la que tiene la policía con los delincuentes, sin especificar quién es quién.
Gabriel