Se hace saber que no sé nada.
Se hace saber que no se sabe que no se sabe nada; y que por eso pasa lo que pasa, que nadie sabe qué es.
Se hace saber que no se sabe nada, que nadie sabe nada, que no sabemos nada, por más que haya un regimiento de personas entrenadas para decir que saben sin saber.
Se sabe que no tiene sentido hacer saber que no se sabe nada, pues quien dice saber se quedaría sin empleo y sueldo.
Lo que sí se sabe es que encima del no saber se han ido depositando capas de saber -con las cuales muchos han hecho un modo de vida-, de tal manera que ahora ya no se sabe para qué se colocaron. Seguramente para que a alguien que vendía el zumo del saber se lo compraran, para ir bebiéndolo cuando se tuviera sed, sin saber que ese zumo no refresca. El caso es que hay capas y capas; y ponte a rascar, que ni con espátula las sacas.
Gabriel
