La fábula del alquimista, el gurú, el oro y el dinero

Érase una vez un alquimista que se disponía a transformar el plomo en oro, según le había dicho un gurú. Sin embargo, tras muchos intentos, no pudo. Al cabo de poco tiempo después de la última intentona, recibe una intuición del cielo que le ayuda a entender que para transformar el plomo en oro primero tiene que aceptar sus propias limitaciones. A partir de ahí entendió que el dinero no es una limitación, sino la expectativa de que sólo a través de él se puede ser feliz. La expectativa es la verdadera limitación. Desde ese momento empezó a ver cómo personas que vivían rodeadas de oro no eran más felices que las que no lo tenían. Es más. se les notaba tan preocupados en mostrar sus joyas que apenas ponían atención en otra cosa que no fueran sus propios intereses. En realidad, el mayor capital son las personas. Estar y sentirse bien acompañado es el verdadero oro, a lo que habría que añadir el cuidado de las relaciones y un empeño orientado a construir con ellas y desde ellas un mundo mejor.

Las personas son el verdadero oro. Sin embargo, el plomo también está en ellas. Tanto el plomo como el oro están en todos y cada uno de nosotros a partes iguales. Aceptar el plomo, las limitaciones propias y ajenas, tolerar los defectos propios y de los demás con humor, todo ello es el verdadero oro. Sin embargo, para contemplar y disfrutar de este oro hay que ir más allá de la expectativa de obtenerlo sólo a través del dinero.


La mayoría de las insatisfacciones humanas relacionadas con la economía personal provienen de la confusión entre oro y dinero.


Gabriel

Enviar mensaje privado

Name:*
Email:*
Subject:*
Message:*
Verification No.:*
contact form faq

HTML form powered by 123ContactForm

Buster Keaton

Buster Keaton
Metaldridos