Eso que llaman conocimiento no es más que una clasificación. En realidad, el conocimiento es tan amplio y amorfo, y tanto miedo nos da, que sólo se nos hace soportable si lo podemos reducir y clasificar. Sin embargo, a la que lo hacemos manejable lo reducimos y deja de ser conocimiento para convertirse en una mera clasificación hecha para apaciguar y dar forma a la visceralidad de la inquietud humana en relación a él.
Gabriel