Los artefactos de comunicación con los que nos manejamos llevan en si mismos el paradigma de la piramidología social. Resultan fáciles de usar por una mayoría global, aunque sólo una élite sabe cómo, para qué y a qué razón de fondo sirven. Mientras tanto, esa mayoría sigue sin saber comunicarse, todo y disponiendo de todos esos medios para hacerlo. Muchos siervos y pocos amos. Nada nuevo.
Gabriel