Los demás toman conciencia de su libertad cuando, rompiendo con lo acostumbrado, tus respuestas a sus preguntas ya no satisfacen ni apaciguan sus dudas y zozobras. Es ahí que puedes darte cuenta de que responder y preguntar son dos formas muy sutiles de esclavitud e intromisión sobre lo que debería ser respetado y sagrado. Porque, ¿no es del silencio y del vacío de dónde emergen todas las respuestas?
Gabriel