El sistema funciona como funciona debido a una tendencia nuestra a idealizar, fantasear y evadirnos de la realidad presente. Siendo la actitud de las personas un híbrido entre el fatalismo y la quimera, el sistema hace de nosotros lo que quiere, mientras, todo y aún sabiéndolo, seguimos acudiendo a vías de escape de diverso pelaje: ideologías, religiones, powerpoints y demás consignas emitidas por no se sabe quién.
Gabriel