Mercaderes de palabras y pensares

La palabra, que en principio era su servidora, ha colonizado el pensamiento hasta dejarlo totalmente intervenido. Ahora mismo, cuando la pronuncias, no se sabe bien si con ella estás diciendo lo que piensas o le estás diciendo al pensamiento lo que debe pensar haciendo seguidismo de lo dicho por otros. En cualquier caso, el peligro mayor está en reproducir las palabras que los mercaderes imponen.