¿Te sentirías más satisfecho si pudieras hacer caso omiso del apetito que te surge automáticamente y esclaviza, y que te lleva a anhelar de continuo para sentirte satisfecho sin que tu voluntad medie? ¿Serías capaz de convivir con el apetito, conteniéndolo y sin caer en la tentación de satisfacerlo de cualquier manera, a cambio de tener pleno control sobre ti mismo? ¿Qué prefieres: vivir automatizado por apetitos que no controlas o controlar tu respuesta con tu voluntad?
Gabriel