La actitud humana, especialmente cuando se siente asediada por situaciones de crisis -casi siempre-, suele ser cortoplacista o poco previsora, dejando que lo importante y lo urgente se confundan y se contradigan entre sí. Fácilmente se siente presionada, ya sea para llegar a un desenlace que disipe el aprieto o debido a presiones venidas de otras personas. De este modo, viéndose presionado por las prisas, no puede reflexionar adecuadamente acerca de ello. Sin embargo, la evolución tecnológica del humano lo ha llevado a desarrollar herramientas poderosísimas cuyo impacto sólo puede calibrarse a largo plazo. Curiosa paradoja esta en el que las emociones primarias conviven con la complejidad del entorno social del humano, a menudo de una sofisticación y con un poder del que el humano no es del todo consciente.
