La palabra es el marketing de lo que piensas. El pensamiento piensa en lo que piensa y, además, diseña con qué palabras se te va a dar a conocer. Una vez ahí, te busca, te susurra al oído, te seduce, te sugiere, se te entrega, te habla, y luego tú lo das a conocer como si hubieses sido quien lo pensó, cuando en realidad te pensó él, y con ello marcas un gol y hasta te aplauden.
Gabriel