Hay quien utiliza la palabra para
masturbarse; hay quien la utiliza para acercarse realmente a los demás. Por lo
general, se usa para ambas cosas simultáneamente, lo cual da lugar a paradojas
mil y una. Por ejemplo, hay quien quiere conversar con los demás y acaba
masturbándose en su presencia. Y, en cambio, hay quien por los demás permanece
en silencio, para no caer en la tentación.