El carisma es para el carácter lo que
el dinero es para la libertad. Con el carisma, como con el dinero, se puede ser
muy perverso, muy avaro, muy generoso, muy creativo, muy constructivo, muy
mezquino, muy manipulador, muy lo que cada uno quiera. Así, pues, lo que uno es
se pondrá en evidencia en ello.