La nada y el todo
La perspectiva de un algo perturba a la nada, que es mucho. Y entonces ella, que lo es casi todo, engulle a los algos hasta integrarlos en sí misma. A continuación viene el todo y se pone a copular con ella; y ella, a continuación, da lugar a muchos alguitos, que serán igualmente engullidos, dando a la nada un crecimiento ilimitado. Mientras tanto, el todo la mira con amor y se prepara para la siguiente solicitud que la nada le haga.
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