Un mercader tenía un excedente de patatas que no sabía cómo sacarse de encima. Al mismo tiempo, no se llevaba bien con el colega que se dedicaba a las zanahorias. Y en eso, un día tuvo una revelación primaveral por parte de dios padre. No fue otra que crear una religión que penalizara el consumo de zanahorias y premiara con el cielo el de patatas. Tuvo un éxito tal que sus seguidores van por todo el mundo con un libro bajo el brazo en el que se explican todas las recetas que te puedas imaginar acerca de cómo cocinar patatas. Eso sí, evitando las zanahorias, so pena capital para quien lo incumpla.
Gabriel