Desarrollarse dentro de los propios límites es más fácil que hacerlo fuera, quizá porque nos parece un ámbito restringido, quizá porque el mundo de lo externo nos tiene obnubilados. Sin embargo, dejar de hacerlo fuera puede ser un reto o algo que no nos permitimos, especialmente si nos hemos dejado engatusar, chantajear o contaminar por emociones que no nos correspondía vivir o mandatos que nunca debimos obedecer.
Gabriel