Subvencionar a los gatos con comida hace aumentar el número de ratas. Así, pues, el número de roedores es un fiel reflejo de la sociedad de consumo, del bienestar social alcanzado y del amor por los animales.
Los gatos, con tanta subvención, han acabado perdiendo conciencia de su condición. Y es que queremos tanto a las ratas que damos de comer a los gatos para que ellas sigan proliferando sin el incordio de habérselas con ellos.