Todo liderazgo necesita de la mansedumbre. Toda mansedumbre necesita de un liderazgo.
Liderazgo y mansedumbre se necesitan mútuamente, como si fueran espejos el uno del otro. Sin embargo, cuando el lider no respeta a los mansos que le apoyan, o no acepta y reconoce que su poder procede de ellos, entonces el delirio crece desmesuradamente hasta hacer que la causa inicial se convierta en un infierno, o se retire de escena, sin más, dejando a los humanos huérfanos de la virtud que emanaba de ellos.
Gabriel