Ambición sin nominar
Hay ambiciones sin nominar: ya sea porque no llegó la hora de saber cuáles eran; o por que uno no está preparado para asumir su costo y prefiere mantenerse ignorante ante ellas. También, y esto es lo más, podría deberse a una falta de honestidad, a un no querer desvelarlas, ni tan sólo a sí mismo, pues ello supondría mostrar quién se es. En este caso, cuando a una ambición no se la quiere reconocer, uno se limita a querer sacarse de encima un dolor, una enfermedad, un mal gobierno.
Enviar mensaje privado
HTML form powered by 123ContactForm