Adán y Eva fundaron la primera franquicia. Al principio tuvieron poco éxito y sólo la fe les llevó a ver que podían prosperar. Más tarde alguien vio que la idea era buena y escribió un libro muy gordo, a modo de patente, sobre ese modelo de negocio. En ese libro decía: "Creced y multiplicaos; dominad la Tierra". Tan buena era la idea que se creó una religión y luego otra y otra, etcétera. Ahora mismo, sin ir más lejos, el Vaticano es una muestra clara de a donde se puede llegar con semejantes ideas.
Gabriel