Cualquier otro animal sabe mucho más de la vida debido a un conocimiento que construyen con sus sentidos. Nosotros, en cambio, tullidos y castrados por nuestra impostada superioridad, algún día decidimos, con ayuda de alguna religión, que la sabiduría animal no tiene valor. Sin embargo, ahora nos da por querer encarnarla a través de consignas espirituales, lo cual pone en evidencia que lo que es descubrimiento espiritual en el humano es un hecho natural en el animal.
Gabriel